jueves, 30 de junio de 2011

Resumen del Veredicto del Tribunal Ético a la Criminalización de la protesta social


Este Tribunal responde al llamado de las comunidades, pueblos y organizaciones sociales y no gubernamentales del Ecuador, que debido a la lucha por sus derechos colectivos y los de la naturaleza han sido víctimas por una práctica cada vez más extendida de criminalización y judicialización, alentada por empresas nacionales y transnacionales -particularmente del sector extractivo-, y ejecutada por diferentes autoridades judiciales, policiales, militares y administrativas, así como fuerzas de seguridad privada.

Somos hereditarios de las experiencias de los Tribunales de Opinión, de los Tribunales de los Pueblos, de las Comisiones Éticas y de la Verdad y de todas aquellas iniciativas que apelan a la conciencia de la humanidad para juzgar las acciones y omisiones que los Estados, las Empresas y otros agentes privados realizan deliberadamente para quebrantar y contener la legítima reclamación de los derechos humanos y de la naturaleza y que dadas las limitaciones de los sistemas jurídicos nacionales e internacionales, permanecen en la impunidad.

Nuestra labor de ninguna manera busca reemplazar el deber del Estado de satisfacer el goce de las garantías jurisdiccionales, pero si busca exigir a la administración de justicia no convertirse en un escenario instrumental para la restricción de los derechos a la organización colectiva, asociación, reunión, manifestación, movilización social, participación y defensa de los derechos colectivos y de la naturaleza.


Conforme a las presentaciones y declaraciones escuchadas en la sesión del día de ayer, este Tribunal encuentra probado que:
  1. Existe un patrón de criminalización. Los casos son demostrativos de una práctica sistemática de criminalización como medio para disciplinar la protesta social y eliminarla.
  2. Existe una desigualdad enorme en la aplicación de la justicia. Mientras la justicia es instrumentalizada para criminalizar a las y los defensores de la naturaleza, permanece pasiva frente a las violaciones de los derechos humanos de que ellos y la naturaleza son víctimas
  3. Las y los defensores de la naturaleza y sus familias están indefensos. La criminalización pone en situación de vulnerabilidad a las personas criminalizadas, a sus familias y a su entorno comunitario; a los operadores oficiales que se atreven a emitir fallos favorables a los defensores.
  4. La naturaleza – Pachamama está indefensa al privarla de sus defensores. Sin defensores materializar el sumak kawsay es imposible.

Por lo anterior nos permitimos recomendar:

Al Poder Ejecutivo
  

  • Que se abstenga de expresar en sus discursos o declaraciones, contenidos que deslegitimen o que estigmaticen los y las defensoras de los derechos humanos y de la naturaleza.

  • Que no interfieran en las decisiones que deban tomar los funcionarios de la rama judicial, especialmente cuando se trate de procesamiento penal a las personas miembros de organizaciones no gubernamentales.
  • Se abstenga de diseñar y llevara a cabo proyectos extractivistas, dado que estos no se ajustan al mandato constitucional del sumak kawsay.
  • Se abstenga poner en falsa confrontación el interés público fundado en el poder de las mayorías sobre las minorías más vulnerables, pues se desconoce la pluralidad de intereses legítimos que conforman el país y que luchan los derechos humanos y de la naturaleza.

  • Que el Poder Ejecutivo se disponga a corregir y retractarse de las declaraciones públicas realizadas hasta el momento en las cuales menosprecia y estigmatiza los y las defensoras de los derechos humanos y de la naturaleza. El Presidente debe pedir perdón como parte de una reparación integral que les adeuda.
  • Que encamine las políticas públicas hacia una armónica relación entre los seres humanos y de estos con Pachamama.
  • Que se disponga a entablar relaciones sanas y libres, sin ningún tipo de discriminación, con las personas, organizaciones, comunidades y pueblos. En el caso específico de las organizaciones, derogar cualquier disposición que las afecte buscando disolverlas o incidir sobre sus estatutos.


Al Poder Legislativo

  • Que se abstenga de emitir normas contrarias a la Constitución Nacional, particularmente aquellas que afecten la participación, la libre expresión y la consulta de decisiones relacionadas con los derechos humanos, de los pueblos y de la naturaleza. A su vez, que se apegue a sus atribuciones estrictamente constitucionales y no interfiera indebidamente en los quehaceres de otras ramas del poder o en organismos de control propios del Estado.
  • Deben ser derogados los artículos del Código Penal que se están utilizando para criminalizar las y los defensores de los derechos humanos y de la naturaleza, particularmente el que hace referencia al terrorismo, pues es desproporcionado y va en contravía del sumak kawsay.



Al Poder Judicial

  • Que se abstenga de procesar miembros de organizaciones o pueblos que defiendan los derechos colectivos y de la naturaleza, acogiéndose al principio de que el derecho penal es el último recurso.

  •  Que el Poder Judicial se disponga a dar cumplimiento a las amnistías otorgadas por la Asamblea Constituyente; además a archivar todos los procesos iniciados contra las personas, organizaciones y pueblos defensores de los derechos humanos y de la naturaleza.
  • Ordenar la reparación integral de las víctimas de criminalización, sus familias y entorno social; esto incluye la petición de perdón por parte del Presidente de la República y su compromiso de no volver a criminalizar las organizaciones sociales. Además de investigar a quienes utilizaron y utilizan a la justicia contra los movimientos sociales


A los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley

  • No utilizar la violencia para contener las protestas sociales; proteger a las comunidades cuando se vean amenazadas por la industria extractiva; no realizar operaciones militares en las tierras de comunidades campesinas y territorios de las comunas, pueblos y nacionalidades indígenas, afrodescendiente y montubio.



Al poder público en su conjunto

  • Detener de inmediato los proyectos extractivos que destruyen la naturaleza; que se reestructure ya el poder judicial con carácter plurinacional, incluyendo los derechos colectivos y de la naturaleza y la jerarquía de la justicia indígena.


A los medios de comunicación

  • Informar con la verdad los hechos en los que participan los movimientos sociales y en defensa de la naturaleza; darle a las comunidades el mismo espacio que se da a las autoridades y a las empresas.


A la comunidad internacional

  • Vigilar y exigir al Estado ecuatoriano el cumplimiento a las normas y compromisos internacionales de derechos humanos ya adquiridos.


A las comunidades y organizaciones

  • Con base en la ética de la existencia y la ética de la resistencia y ejerciendo la no violencia activa: mantenerse en la defensa de sus derechos y los de la naturaleza para defender el sueño del sumak kawsay.


Dado en Cuenca de Guapondélig, Ecuador; junio 23 de 2011

martes, 28 de junio de 2011

Sarayaku: un caso emblemático de defensa territorial


Mario Melo
Abogado de Sarayaku


La humanidad no puede liberarse de la violencia
más que por medio de la no violencia”.

Gandhi

En 1996, el Estado ecuatoriano concesionó el Bloque 23, que afecta un 60% del territorio del Pueblo Originario Kichwa de Sarayaku a favor de la Compañía General de Combustibles (CGC) de Argentina. Esta concesión fue realizada sin que haya precedido por parte del Estado ecuatoriano ningún proceso de información, consulta o pedido de consentimiento al Pueblo de Sarayaku para la realización de actividades petroleras en el territorio de su propiedad.

Desde 1996 Sarayaku ha venido expresando su rechazo al ingreso de la actividad petrolera en su territorio, fundamentado en los enormes impactos negativos que dicha actividad provoca en su territorio sagrado, en la calidad de vida de sus miembros, en su forma de vida y opciones de desarrollo, en su espiritualidad, en el ambiente amazónico, en la paz social y en la vida e integridad de sus miembros.

Sin embargo, durante el último trimestre de 2002 y el primer trimestre del 2003, la CGC ingresó reiteradamente al territorio de Sarayaku, sin autorización y contra la voluntad del legítimo propietario, para realizar investigaciones sísmicas altamente destructivas. Para intentar detener la campaña de sísmica Sarayaku debió declararse en emergencia por siete meses y movilizar a sus pobladores, hombres, mujeres, jóvenes e incluso niños a resguardar su territorio en los denominados Campos de Paz y Vida constituidos en medio de la selva, donde se estaba produciendo la invasión armada de CGC y el ejército. Esta decisión implicó graves riesgos para la vida, integridad, salud, alimentación, educación, cultura y espiritualidad de los miembros de Sarayaku.

Según información oficial del Ministerio de Energía, existen 476 puntos dentro del territorio de Sarayaku y el territorio Achuar, en donde la empresa CGC colocó, sin conocimiento de los afectados, sin haberlos consultado antes y en contra de su voluntad, cargas de entre 3 y 5 kgs. de pentolita, un explosivo de alto poder destructivo. En total hay 1.433 Kgs. (casi tonelada y media) de explosivos sembrados a 12 metros de profundidad y una cantidad no determinada abandonada en la superficie de la selva sagrada de Sarayaku, en sus lugares de caza, en sitios donde niños y jóvenes transitan en busca del sustento. La información que dio el Ministerio de Energía es que ese explosivo es muy peligroso y que las cargas pueden detonarse accidentalmente con mucha facilidad.

A inicios de 2003, Sarayaku, acudió ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos solicitando su intervención urgente en salvaguardia de sus derechos violados durante la campaña de sísmica de la empresa CGC. En mayo de ese año, la Comisión dictó Medidas Cautelares a favor de la vida e integridad de los miembros de la comunidad y de su especial relación con su territorio. El Estado Ecuatoriano desoyó sistemáticamente dichas medidas.

Frente al incumplimiento de las Medidas Cautelares, la Comisión Interamericana solicitó a la Corte Interamericana dictar Medidas Provisionales a favor de Sarayaku, las mismas que fueron otorgadas en julio de 2004. Dichas Medidas buscan proteger la vida e integridad de los miembros de Sarayaku, la investigación de los hechos de violencia cometidos en su contra y la garantía efectiva del derecho al libre tránsito violentado por el arbitrario bloqueo del Río Bobonaza efectuado por aliados de la petrolera, como medida de presión para que Sarayaku desista de las acciones legales emprendidas y entre a negociar.

Ante el nuevo incumplimiento del Estado ecuatoriano, la Corte, en junio de 2005 ratificó las medidas y las amplió incorporando la disposición de que se retiren urgentemente los explosivos dejados por la CGC en territorio de Sarayaku. Recién en la primera mitad del año 2007, en los primeros meses del gobierno del presidente Rafael Correa, el Estado ecuatoriano, a través del Ministerio de Energía y Minas, aceptó la disposición de la Corte Interamericana. Y desde entonces el Ministerio de Minas y Petróleo emprendió gestiones para el retiro de los explosivos; proyecto que empezaría a cristalizarse a fines del mismo año. A diciembre de 2009, con el concurso del Grupo de Intervención y Rescate de la Policía Nacional, se había retirado apenas catorce kilogramos de explosivos y el proceso se suspendió hasta la presente fecha.

Todo este esfuerzo de parte del gobierno por cumplir las disposiciones de la Corte, destinadas a proteger los Derechos Humanos y los Derechos de la Naturaleza, se diluyó… El 8 de mayo de 2009, el ministro de Minas y Petróleo autorizó sorpresivamente el reinicio de las operaciones petroleras en los Bloque 23 y 24 a las que el Pueblo de Sarayaku y las Nacionalidades Shuar y Achuar se oponen desde finales de los noventa. Esta autorización también va abiertamente en contra de otras decisiones de organismos internacionales de derechos humanos que amparan a los indígenas. Aún cuando el reinicio de actividades dispuesto no fue acatado por la empresa CGC, este hecho demuestra la frágil situación en la que se encuentra el caso Sarayaku.

Peor aún, en la renegociación del contrato del Bloque 10 entre el gobierno del presidente Rafael Correa y la empresa AGIP, celebrada en noviembre de 2010, las autoridades entregaron a dicha empresa petrolera una porción del Bloque 23 que afecta el territorio de varios pueblos indígenas amazónicos. El territorio de Sarayaku queda también afectado por el Bloque 10. Esta redefinición del Bloque se hizo, nuevamente, a espaldas de las nacionalidades y pueblos afectados, sin habérseles consultado ni pedido consentimiento pese a la gravedad de los efectos que esa decisión traerá a sus vidas y territorios.
El 26 de enero de 2010, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos emitió su resolución respecto al caso.

El caso ha sido remitido a conocimiento de la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Los días 6 y 7 de julio de 2011, en San José de Costa Rica, se llevará a cabo la audiencia del caso Sarayaku ante el Corte Interamericana de Derechos Humanos. Esta diligencia es crucial porque en ella el pueblo Kichwa de Sarayaku, de la Amazonía ecuatoriana, presentará ante los jueces de la Corte sus alegatos orales así como las pruebas testimoniales y periciales con las que demostrará las violaciones de derechos humanos que sufrió durante la actividad petrolera del Bloque 23. Desde Sarayaku viajará a Costa Rica una delegación de líderes, sabios tradicionales, hombres y mujeres de la comunidad.

La Corte Interamericana dictará una sentencia que es esperada con expectativa por pueblos indígenas y expertos del mundo entero y en especial del continente americano, pues sentará nuevos precedentes respecto al derecho a la consulta previa y al consentimiento de las comunidades afectadas por proyectos petroleros. Para el Ecuador esa sentencia, que deberá ser cumplida obligatoriamente por el Estado, traerá grandes repercusiones pues zanjará un debate que ha sido muy intenso en los últimos años, respecto al alcance del derecho a la consulta y de los derechos territoriales de los pueblos indígenas que son afectados por proyectos de explotación de recursos naturales propiciados por el Estado.

23 de junio de 2011

viernes, 17 de junio de 2011

Encuentro de los Pueblos: Cuenca 21, 22 y 23 de Junio

Estamos a pocos días de iniciar el Encuentro Continental de los Pueblos del Abya Yala y la Pachamama. ¡¡¡Todavía puedes inscribirte!!!


Mesas de Trabajo:

  1. El Sumak Kawsay y derechos de la naturaleza
  2. Agroecología, Soberanía Alimentaria y Economía Popular Comunitaria
  3. Los dilemas de la Urbanización 
  4. Gestión comunitaria y popular del agua
  5. Mujer y resistencia
  6. Teología de la resistencia
  7. Minería Metálica y sus efectos; procesos de resistencia
  8. Criminalización y derechos
  9. Explotación petrolera y sus consecuencias
  10. Hidroeléctricas, agrocombustibles y represas
  11. Servicios ambientales
  12. Comunicación, medios y cultura
Tribunal Ético contra la Criminalización:

Jueces:

Elsie Monge (Ecuador)
Raúl Zibechi (Uruguay)
Lía Isabel Alvear (Colombia)
María Hamlin (Nicaragua)
Nora Cortiñas (Argentina)
Mons. Álvaro Ramazini (Guatemala).


CONJUECES:

Raúl Moscoso
Diana Murcia
Carlos Poveda


Para inscripciones y descargar la agenda completa, visítanos en:

www.aguaypachamama.org

Encuentro de los Pueblos del Abya Yala por el Agua y la Pachamama

CARTA DE PRINCIPIOS 


Lunes, 30 de Mayo de 2011 22:10

Shuk yuyailla, shuk shungulla, shuk makilla runakashpa kanakanchik.[1]

Hombres y mujeres de los pueblos de Abya Yala, desde Alaska hasta la Tierra de Fuego, hijos e hijas del águila y del cóndor, estamos convocados a juntarnos en Guapondelig, centro de nuestros ancestros cañaris, en un gran abrazo para honrar y defender a nuestra Pachamama.

Nuestro Encuentro está pactado para el solsticio de invierno en los Andes, para celebrar el Inti Raymi que representa el tiempo y espacio de volver a nacer, de un nuevo ciclo de vida, un nuevo amanecer, un nuevo sol y una nueva esperanza para nuestros pueblos.[2]

Aprendimos de nuestros ancestros que somos seres de agua, de tierra, de viento y de fuego, que somos parte de la naturaleza y por tanto estamos hermanados/as con todos los seres, que debemos respetar el ciclo de la vida para así disfrutar a plenitud de nuestro paso por la Tierra.

Este Encuentro se sustenta en la cosmovisión de nuestros pueblos originarios para la construcción de un proceso unificador en defensa del Agua y la Pachamama, en el cual estamos comprometidas las organizaciones, pueblos, comunidades, nacionalidades, colectivos y personas participantes.

Constituye un espacio abierto de intercambio, reflexión, debate respetuoso y articulación de quienes luchamos por nuestros derechos y los de la madre tierra. Aspiramos a que el Encuentro se convierta en un proceso permanente de Minka por la Vida, pues defender el agua, la soberanía alimentaria y un nuevo orden societario en armonía con la naturaleza y en el que prime la justicia y equidad, significa luchar por la Vida en su integralidad. De allí, que este Encuentro constituye un espacio vital para la construcción de propuestas que permitan detener la destrucción del único hogar que tenemos: el planeta Tierra.

La crisis civilizatoria ha puesto en evidencia la esencia depredadora del sistema, sus niveles de corrupción e inmoral acumulación de riqueza, el despojo y oprobio al que someten a nuestros pueblos, la violencia y sojuzgamiento en todos los niveles, el saqueo y deterioro progresivo de la Pachamama.

Nuestro horizonte es la construcción de un mundo en el que podamos vivir con dignidad, en armonía con la naturaleza, en solidaridad y reciprocidad con nuestros pueblos y en el que podamos construir el Sumak Kawsay; por ello aspiramos que el Encuentro Continental de los Pueblos de Abya Yala, progresivamente se constituya en un espacio mundial en el que confluyamos hermanos y hermanas de todas las latitudes para hacer realidad ese sueño.

Todas y todos quienes se sientan identificadas/os con estos postulados básicos, tienen un lugar en esta gran Minka, por la que han transitado nuestros pueblos con su resistencia histórica y que hoy la reafirmamos.

Aprobada en Guapondelig (hoy Cuenca, ciudad del Ecuador) en abril del 2011, por el Comité Organizador del Encuentro Continental de los Pueblos de Abya Yala por el Agua y la Pachamama.



[1] Un solo pensamiento, un solo corazón, un solo puño siendo seres humanos

[2] ICCI-ARY